… pensamos demasiado de prisa y
caminando,
sin detener el paso siquiera,
atendiendo al mismo tiempo toda clase
de asuntos,
incluso cuando aquello en que pensamos
es de lo más serio;
necesitamos poca preparación, incluso
poco silencio
es como si llevásemos en la cabeza una máquina
que funciona sin parar,
funcionando incluso en las condiciones más
desfavorables.
En tiempos pasados, cuando uno se ponía
a pensar
-¡eso era, claro, una excepción!- se le
notaba,
se le notaba que proponía volverse más
sabio y
estaba preparándose para un
pensamiento:
asumia un aire como que va a orar y detenía
el paso;
hasta estaba ahí inmóvil en plana calle
-En uno o en los dos pies,
durante horas cuando
<venia> el pensamiento
¡así era <digno de la causa>!
NIETZSCHE
No hay comentarios:
Publicar un comentario